Editado por Aranzadi (THOMSON-REUTERS-ARANZADI), dentro de la colección de Grandes Tratados y prologado por Antonio GARRIGUES WALKER, acaba de ver la luz la obra de José Ricardo Pardo Gato sobre “La relación abogado-cliente. El contrato de servicios del abogado”; estudio que cuenta con más de 800 páginas.
No se trata de un libro más dentro su trayectoria como jurista, sino que con esta última publicación viene a redondear una labor investigadora en torno a la Abogacía iniciada años atrás y que tuvo como fruto, inicialmente, la publicación por Civitas en el año 2007 de su obra “Colegios de Abogados y sanciones disciplinarias. Doctrina jurisprudencial”, prologada por Luis MARTÍ MINGARRO, Decano durante más de 25 años del Ilustre Colegio de Abogados de Madrid, trabajo que le valió a su vez el Premio Memorial Degà Roda i Ventura del Ilustre Colegio de Abogados de Barcelona al mejor libro sobre ética profesional editado en España.
Tras la publicación de varios artículos sobre el tema, algunos de ellos también reconocidos (por ejemplo, con el Premio nacional de investigación Scevola para la Ética y la Calidad en la Abogacía), en el año 2010 Aranzadi editó su estudio en torno al “Código de la Abogacía Española”, con el prólogo en este caso de Carlos CARNICER DÍEZ, Presidente del Consejo General de la Abogacía Española.
En “La relación abogado-cliente. El contrato de servicios del abogado”, como afirma Antonio GARRIGUES WALKER en su prólogo, “el autor, culmina, de momento, su labor investigadora de nuestra profesión y se atreve a intentar concretar una relación que ha ido cambiando a lo largo de los tiempos y que ahora puede verse afectada positiva y negativamente por la revolución digital y los avances tecnológicos, y así mismo por los intensos cambios sociológicos y culturales que se están generando en esta época. No es una tarea fácil. Es todo lo contrario. Pero habrá que afrontarla y en ese sentido las concepciones teóricas de PARDO GATO son especialmente útiles y también las sugerencias muy concretas y prácticas que hace sobre posibles clausulas, tanto generales como específicas, del contrato entre abogado y cliente, que en su opinión no se sitúa exclusivamente en el ámbito mercantil”.
En este sentido, como afirma el propio autor en su obra, cuando hablamos de la Abogacía “no nos encontramos ante una profesión cualquiera, sino ante el oficio de quienes velan por los derechos de otros. Por lo que para su mejor ejercicio se deben cumplir y respetar determinados requisitos que garanticen que la defensa encomendada sea lo más eficaz posible, rigurosa, intachable y, lo que es tanto o más importante, absolutamente respetuosa con la ética profesional, que en el caso de la Abogacía presenta un sentir reforzado”.
En otro pasaje de su libro sostiene, asimismo, que “como conocedor de la ciencia y técnicas jurídicas, el abogado asume el deber profesional de acometer el contrato de servicios o la hoja de encargo conforme a los postulados de la lex artis que se le atribuye. Por esta razón, el letrado responde civil e, incluso, penalmente de la actividad que desarrolle, la cual deberá desplegarse bajo los parámetros de pericia que puede ir más allá de la comúnmente exigida. De igual forma, sus actos se verán asimismo sometidos al correspondiente control deontológico, tanto por parte de los Tribunales de Justicia como, principalmente, por los propios Colegios de Abogados, dentro de su labor de vigilancia y, en su caso, en el contexto de los límites de su potestad sancionadora”.
La obra incluye, como anexos, formularios y modelos útiles para la profesión y un amplio cuestionario de 120 preguntas en el que se desgrana el contenido del Código Deontológico y cuya resolución garantiza al que lo desarrolle el conocimiento de la normativa en el mismo incluida.
En palabras de Antonio GARRIGUES: “Va a ser, sin duda, una obra de referencia para el mundo jurídico en su conjunto –es decir, el judicial, el académico y el profesional- y también para el mundo empresarial. El autor es persona que defiende exigencias éticas profundas para una profesión que cumple –y así lo resalta con fuerza- un papel decisivo en la sociedad.
Dé por seguro el lector –sigue diciendo el prologuista- que este libro enriquecerá su sensibilidad y sus conocimientos sobre cómo entender y valorar la relación con sus clientes y le guiará en las inevitables dudas o diferencias que surjan en esa relación. Es, en definitiva, un libro serio y útil”.